San Pedro es la plaza que abraza, con la columnata de Bernini diseñada para inspirar esa sensación. El sábado acogió en sus brazos a grandes protagonistas y grandes ideas de la guerra mundial político-cultural que agita el mundo. Estuvieron líderes del nacionalpopulismo como Trump, Milei, Orbán o Meloni, que espolean hábilmente resentimientos y odios para luego cabalgarlos. Y dirigentes en las antípodas, como Lula, Macron, Starmer o Von der Leyen, que tratan, con crecientes dificultades, de construir narrativas alternativas. Ante ellos yacía el féretro del papa Francisco. Su trayectoria política, original y llena de matices, merece ser estudiada en la óptica de esa guerra cultural.